viernes, 23 de octubre de 2015

Madame Anselma, una mujer adelantada a su tiempo

En el artículo de esta semana vengo a contaros la historia de la obra “Juno”, realizada por la artista rusa Anselma Gessler de Lacroix, y que podéis contemplar en la Sala de la Cacharrería del Ateneo de Madrid (Calle del Prado, 21).

Madame Anselma, Juno (1882)

La obra representa, como indica su título, a la diosa Juno -la Hera griega- parcialmente desnuda y recostada sobre un lecho de nubes. Con rostro cabizbajo y mirada ausente, se encuentra acompañada de su pavo real, a través del cual controlaba los escarceos amorosos de su esposo Zeus.

En 1890, Madame Anselma dona dicha obra al Ateneo, siendo ésta colgada en la Sala de la Cacharrería. Esta sala de nombre tan peculiar, debe su denominación a las tertulias realizadas en ella durante el siglo XIX, donde los eruditos se acalorarían tanto que el ruido sería semejante a “un elefante en una cacharrería”.

Sala de la Cacharrería, Ateneo de Madrid


En 1891, Madame Anselma es nombrada socia honoraria del Ateneo, comenzando a participar en dichas tertulias. Pronto sus compañeros comenzaron a darse cuenta de que la voluptuosa Juno guardada cierto parecido con la nueva socia, por lo que, algo escandalizados, deciden devolverle la obra a la artista rusa.


Tras esta ofensa, Madame Alselma decide modificar el lienzo añadiendo los paños rojo y gualda, símbolo de la bandera española, así como la corona y el centro. Así, vuelve a presentar la obra a la institución, ya no como Juno sino como alegoría de la Nación Española. 

De esta manera el Ateneo no podría rechazar de nuevo su obra.

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