Nuestro recorrido comienza en
1548, cuando María de Hungría le encarga a Tiziano una serie de lienzos con un
tema común, Las Furias, con el fin de decorar la “Grande Salle” de su Palacio
de Binche, cerca de Bruselas.
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Grande Salle del Palacio de Binche, ubicación original de las Furias de Tiziano
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Pero… ¿qué o quiénes son las
Furias?
Las Furias son cuatro personajes que,
según la mitología clásica, habitaban en el Hades sufriendo un eterno tormento por
haber enfurecido a los dioses. Estos son: Ticio, cuyo hígado será devorado una
y otra vez por un buitre como castigo por haber intentado violar a Latona. No lo
confundáis con Prometeo, que sufriría un destino similar al robar el fuego para
los hombres.
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Ticio, Tiziano (1548-49)
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Ixión, girando en el Hades por
toda la eternidad al intentar seducir a Hera. Tántalo, que ofrecería a su
propio hijo como alimento para los dioses, condenándose así a no comer ni beber
por toda la eternidad. Y finalmente Sísifo, castigado a cargar una gran piedra
al haber desvelado las infidelidades de Zeus.
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Ixión, Cornelisz Van Haarlem (1588)
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Estos eternos condenados serían
usados por María de Hungría como vehículo de propaganda política, adquiriendo
así una finalidad alegórica: Representar a los príncipes protestantes alemanes
vencidos en la batalla de Mühlberg por Carlos V, que era hermano de la
reina de Hungría.
De esta serie podemos contemplar
en la exposición dos lienzos, Ticio y Sísifo, únicos conservados tras el
incendio del Alcázar de Madrid en 1734, donde fueron trasladados en 1556.
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Sísifo, Tiziano (1548-9)
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Probablemente una de las primeras
cuestiones que se plantea el visitante a la hora de enfrentarse a la exposición
es el por qué de tan curioso título. Como ya hemos comentado, por Furias nos
referimos en este caso a esos eternos condenados en el Hades como penitencia por haber desafiado a los dioses. Sin embargo, en la mitología clásica las
Furias –las Erinias romanas- son las diosas de la venganza, lo que puede, a
priori, llevarnos a error. La razón por la cual estos condenados acabaron
recibiendo el nombre de Furias fue precisamente por el lugar en el que la serie
de Tiziano fue ubicada años después, la denominada “Pieza de las Furias”, en el
Alcázar de Madrid.
A finales del siglo XVI la
temática de las Furias sería utilizada por diversos artistas como muestra de
alarde técnico. En la exposición tenemos varios ejemplos, siendo el más
llamativo el magnífico Prometeo de Rubens.
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Prometeo encadenado, Rubens y Snyders (h. 1611)
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Ya en el siglo XVII, durante el Barroco, fue un tema muy común debido a la búsqueda de la expresividad y el dramatismo, con esos magníficos escorzos y composiciones en diagonal, llegándose incluso a crear un concepto nuevo, la denominada “estética del horror”.
El ejemplo más llamativo en este
caso es el Ticio de José de Ribera, del cual me quedo con la famosa cita de
Palomino:
“No se deleitaba tanto Ribera en
pintar cosas dulces y devotas,
como en expresar cosas horrendas y ásperas”
Ribera logra de forma magistral
que el espectador disfrute de una escena a priori angustiosa. Esto lo consigue a
través de la fuerza y expresividad que desprenden sus personajes, así como
mediante ese gran alarde técnico. Esto es la estética del horror, lograr que
algo desagradable resulte atractivo para el que contempla la obra.
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Ticio, José de Ribera (1632)
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Magnífico planteamiento por parte
del Museo del Prado a la hora de intentar establecer paralelismos con obras de
la Antigüedad. Así, en las cartelas podréis encontrar reproducciones de
diversas obras, planteando la exposición a través de un hilo conductor de
influencias y repercusiones que, bajo mi punto de vista, es muy acertado.
Asimismo, me gustaría hacer un
inciso respecto a la distribución de la sala, con un planteamiento muy diáfano
y con ese grandioso Laocoonte en el centro. Ese Laocoonte que, recordad, fue
descubierto en el siglo XVI, convirtiéndose así en una de las principales
influencias de estas dramáticas obras. Este tipo de distribución nos permite poder
contemplar varias obras a la vez, con el fin de lograr captar mejor esa idea de
influencia-repercusión.
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Laocoonte y sus hijos (h. 50 d.C) |
Visita imprescindible. Ya sabéis,
hasta el 4 de Mayo en el Museo del Prado.